Con todo el rigor del recién estrenado verano, la pista del circuito
de Madrid Jarama – RACE acogía la segunda jornada de este popular
certamen dedicado a las motos en su más pura esencia, desde el
clasicismo que aportaban las motos de competición de los años setenta
hasta las Superbikes o las Supersport en diferentes manifestaciones.
La cita estuvo repleta de actividad, sucediéndose las diferentes
rondas de entrenamientos libres, ya desde el viernes y, posteriormente,
el sábado con los oficiales clasificatorios y las carreras en un total
de seis, con parrillas muy concurridas. Una jornada que atrajo a
alrededor de ochenta pilotos distribuidos entre Clásicas, con sus
diferentes categorías, las SuperSport y las Superbikes, también
encuadradas en diversas clases según años de fabricación, experiencia de
sus pilotos y cilindradas.
En resumen, todo un espectáculo que animó a los espectadores más
atrevidos y fervientes seguidores, pues el calor reinante en el circuito
exigía un plus de calidad a los asistentes y, como no, a los pilotos
que tuvieron en la temperatura un rival más a combatir, obligándoles a
dosificar sus fuerzas y el trabajo de sus neumáticos.
Entre las clásicas, grandes marcas históricas dejaron su huella sobre
el trazado madrileño, tanto las Bultaco, Montesa, Ossa, puro orgullo
patrio, como las Honda, Ducati o BSA se unían a otras menos conocidas
como las Matchless o Seeley, además de otras artesanales y actuales,
pero construidas con los parámetros y reglamentos de aquellas épocas,
que nos hicieron evocar las épocas doradas y más incipientes del
motociclismo mundial y nacional, donde el Jarama jugó un papel
protagonista.
Las dos carreras de la Copa de España Evo, reservadas cada una de
ellas a las categorías SBK y SSP pusieron la nota de un tiempo no muy
anterior con motos de temporadas pasadas, pero perfectamente vigentes,
para competir y crear luchas muy cerradas entre sus integrantes, también
divididas en varias categorías.
Finalmente, disfrutamos de dos carreras de la Motor Bike Cup, que
daba nombre al evento, donde antes de la parrilla de SSP, se guardó un
minuto de silencio en homenaje al jovencísimo piloto de San Javier,
Borja Gómez, trágicamente fallecido hacía apenas dos días antes en los
entrenamientos libres de Magny Cours, previos a la carrera que iba a
disputar. Borja militaba en el Team Laglisse, equipo muy ligado al
Jarama y colaborador con el mismo desde hace tiempo.